viernes, 31 de diciembre de 2010

Apunte: Sobre la significación en el cine



Cada capítulo es acompañado por apuntes que tienen como objetivo reforzar el tema. Estos pueden ser aportados por los miembro del taller. En este caso el autor es anónimo (lo encontre entre mis apuntes) y las acotaciones en cursiva y negrita aclara que son frases literales del texto que él ha creído importante. Cohincidiendo con esto, lo copié tal cual estaba.
Gracias Autor Anónimo.
                                    Jorge Arránz 
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RESUMEN


 sobre la

significación en el CINE

DE CHISTIAN METZ

Acerca de la impresión de realidad en el cine

Para Metz el cine es un hecho y por lo tanto plantea problemas a la psicología de la percepción y la intelección, a la estética teórica, a la sociología de los públicos y a la semiología en general.  Esto provoca que en la teoría del film se plantee el problema de la impresión de realidad que percibe el espectador al ver el film. Una película proporciona el sentimiento de asistir a un espectáculo casi real y además crea un proceso perceptivo y afectivo de participación del espectador. Esto hace que el cine se convierta en un arte de masas debido a su facilidad con la que “entra” al espectador. Otras artes se podrían considerar un poco más elitistas, en cambio el cine siempre tiene un público, aunque el film sea malo o bueno. Esto podría ser debido a que el film da, al espectador, una presencia y una proximidad que otras artes no dan. Ya que lo próximo se identifica con lo real debe existir un convencimiento, por parte del público, de eso. (Aquí se puede entender el hecho de que todo film debe tener algo de real aunque sea una obra de ciencia-ficción tiene que tener algún elemento de realidad para que el público pueda identificarse con ella)
La temática de los films puede dividirse en “realistas” e “irrealistas”, pero el poder realizante del vehículo fílmico es un factor común a estos dos “géneros”, que asegura al primero esa fuerza familiar tan halagüeña para la afectividad, y al segundo ese poder de extrañamiento tan fecundo para la imaginación. Para explicar esto pone como ejemplo las figuras de King Kong, que primero se dibujaron y luego se filmaron. Esto para Metz es un problema debido a la concepción de realidad en el cine.
Metz para explicar la realidad en el cine realiza una comparación entre el cine y la fotografía. Para el autor la fotografía supone un “haber estado allí”, pero existe una irrealidad real (como dice Metz textualmente) debido a que estás mirando la fotografía ahora pero en ella se representa algo pasado (Metz habla continuamente de la percepción espacio-tiempo de las cosas). Por otro lado el cine, para Metz, es un “estar aquí”.
El cine es una de las artes más realistas. Esto se debería en gran parte al movimiento, que da a las cosas un índice de realidad suplementario y además cuerpo, cosa que la foto no da ya que convierte a los objetos en elementos planos. De una manera directa el movimiento también da realidad, ya que el hombre cuando ve movimiento no duda de su realidad.
La fotografía se entiende como la huella de algo pasado, entonces se podría entender la fotografía animada (el cine) como la huella de un movimiento pasado, pero no es así ya que el espectador siempre ve el movimiento como actual y por lo tanto ya no es pasado. (Parece liado pero si se lee dos veces se entiende, tú siempre ves el movimiento en tiempo real, nunca en pasado). El movimiento no es material sino solo visual y no puede reproducirse, sino solo puede volverse a producir una segunda vez. En el cine la impresión de realidad constituye también la realidad de la impresión, la presencia real del movimiento.  
Metz hace también referencia al teatro y a su diferencia con el cine. Dice del teatro que: sólo proporciona una débil impresión de realidad porque es demasiado real, también dice que no logra ser una reproducción consciente de la vida porque el mismo forma parte de la vida. Del cine dice que: ofrece una fuerte impresión de realidad porque corresponde a un vacío en el cual el sueño se sumerge con comodidad.
Metz también habla acerca de la ficción, la realidad, el cine y el teatro. Por una parte cita a Henri Wallon que dice que la suma de impresiones del espectador se divide durante la proyección en dos series, la serie visual (o sea el film) y la serie propioceptiva (el sentimiento del propio cuerpo o sea el mundo real).  En el teatro hay una mayor compenetración entre la obra y el público, por ejemplo si el actor estornuda eso repercute en la obra y el público lo percibe. En el cine el espectador desconecta del mundo real pero aún tiene que realizar una “transferencia de realidad”, o sea que debe implicarse en el film y eso sólo puede realizarse en la medida en que el espectáculo se asemeje al mundo real.
En el teatro un material demasiado real hace retroceder a la ficción y en la fotografía el material demasiado pobre no tiene fuerza suficiente. El cine llega a un punto medio entre estos dos puntos ya que aporta elementos de realidad y nos da una información rica y variada en imágenes que el espectador valora como tales y nunca las confunde con un espectáculo real. La realidad total del espectáculo es más fuerte en el teatro que en el cine, pero la porción de realidad disponible para la ficción es más fuerte en el cine que en el teatro. El secreto del cine consiste en colocar muchos índices de realidad en las imágenes que, pese a estar enriquecidas de este modo, siguen percibiéndose como tales. El cine muestra el movimiento mismo en toda su realidad. El secreto del cine también reside en inyectar en la irrealidad de la imagen la realidad del movimiento y realizar así lo imaginario hasta un punto hasta ahora nunca alcanzado.

Notas para una fenomenología de lo narrativo
Un relato tiene un comienzo y un fin; esto lo distingue del resto del mundo y a la vez lo opone al mundo “real”. Existen ciertos relatos que tienen un final abierto, esto hace que el lector tenga posibilidades infinitas de imaginar un final. Un film puede tener un final abierto pero como sucesión de imágenes su final es la última imagen del film.
Un relato es una secuencia temporal que se divide en dos, el tiempo de la cosa narrada y el tiempo del relato (Esto sería un símil al tiempo externo y el tiempo interno). La función del relato es transformar un tiempo en otro tiempo, a diferencia de la descripción que transforma un espacio en un tiempo y de la imagen, que transforma un espacio en otro espacio. En el relato cinematográfico tenemos estas tres posibilidades: el plano aislado e inmóvil de una extensión desértica es una imagen (significado- espacio; significante- espacio), varios planos parciales de esa extensión desértica constituyen una descripción (significado- espacio; significante- tiempo) y varios planos sucesivos de una caravana en marcha en esa extensión desértica forman una narración (significado- tiempo; significante- tiempo). La narración y la descripción se oponen a la imagen porque su significante se halla temporalizado a diferencia de la imagen que es instantáneo.
La narrativa es en consecuencia un discurso, y este siempre tiene detrás a un alguien. Existen relatos sin autor pero no sin un sujeto-narrador. En el film el “autor” se muestra al espectador a través de las imágenes, de los planos, etc.
La percepción del relato como tal tiene entonces como consecuencia inmediata irrealizar la cosa contada. El relato o lo narrado es algo pasado por lo tanto es irrealizado y en consecuencia no es real, porque lo real es lo presente. Lo real es lo que se vive en un espacio y tiempo determinados, todo lo demás ya no es real. Para Sartre lo real nunca cuenta historias; el recuerdo, porque es un relato, es plenamente imaginario; un acontecimiento debe estar terminado de algún modo para que pueda comenzar su narración. 
Un relato es un conjunto de acontecimientos, ordenados en secuencia y contados por un sujeto-narrador. Los relatos con finales falsos o abiertos son secuencias cerradas de acontecimientos no cerrados. A una secuencia de acontecimientos cerrados corresponde siempre una secuencia cerrada; pero a una secuencia cerrada no siempre corresponde una secuencia de acontecimientos cerrados. El acontecimiento constituye siempre la unidad fundamental del relato. En el relato cinematográfico cada imagen supone como un enunciado completo y comparte cinco caracteres con él: 1) Las imágenes se cuentan en número infinito como los enunciados 2) Son invenciones del “habla” como los enunciados 3) Entregan al receptor una cantidad de información indefinida como los enunciados 4) Son unidades actualizadas en la misma medida que los enunciados 5) Sólo adquieren  su sentido en débil medida por su oposición paradigmática con las otras imágenes que podrían haber aparecido en el mismo punto de la cadena ya que se cuentan en número indefinido.
Si el relato puede analizarse como una sucesión de predicaciones, es porque fenoménicamente constituye una sucesión de acontecimientos. Lo narrativo presenta como nota común con las categorías afectivo-estéticas el hecho de representar una de las grandes formas antropológicas de la percepción (caso de los consumidores de relatos) y de la operación (caso de los inventores de relatos).


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